"EL CHOCO - "LATE"
(Historias que se olvidan)
Edmundo Rivera Escamilla
CASA MAGISTERIAL Y BONO DEL MAESTRO JUBILADO EN CUNDUACÁN.
En los años noventa, el
magisterio de Cunduacán comentaba con preocupación, que la Casa Magisterial no
contaba con escrituras; ya que la casa del maestro, originalmente le
correspondía el espacio ocupado por la Casa de la Cultura del municipio. Esto,
según la tradición oral, por un acuerdo de canje realizado entre autoridades de
aquellos tiempos y ante esta problemática, los representantes sindicales del
municipio iniciaron gestiones ante la presidencia municipal para la
regularización de los predios.
En el año de 1995, al iniciar
la administración municipal, el Ingeniero Fernando Ruiz Hernández recibe del
magisterio la solicitud para legalizar la escrituración de la casa magisterial.
Pero, debido a que los maestros confrontaban varios problemas, el escrito se
convirtió en un pliego petitorio que debía resolver el municipio. Don Fernando,
firmó de recibido el documento, de esta forma se inició el proceso de gestión
entre el magisterio y las autoridades municipales. Para su mala suerte, el
Ingeniero enfrentó problemas políticos que lo obligaron a dimitir en el puesto,
Su duración fue de un año en el ejercicio. Con la renuncia de don Fernando, el
gobierno del estado convoca la formación de un concejo municipal que se
constituyó con tres partidos políticos. El PRI, representado por el Licenciado
Heberto Taracena Ruiz, el PRD, representado por el Q.F.B. César Francisco
Burelo Burelo y el PAN representado por el señor Gonzalo Zentella.
Con el cambio político, el
magisterio tuvo que renovar el pliego petitorio a nombre de la nueva
representación municipal. Este pliego, se centraba en tres puntos.
1.- Regularización y escrituración
de la casa magisterial
2.- Bono para el maestro
jubilado.
3.- Pavimentación de la calle
a la clínica del ISSSTE.
La escrituración del terreno
donde estaba construida la Casa magisterial era la parte medular del pliego,
pero EL BONO magisterial para los jubilados era de suma importancia, ya que, en
esos años, los maestros jubilados recibían una jubilación precaria. Según datos,
había maestros que recibían $150.00 (ciento cincuenta pesos) mensuales. Eso,
hizo tomar la decisión de buscar una alternativa municipal, que, dicho sea de
paso, Cunduacán se distinguió por esa iniciativa que ningún Ayuntamiento
municipal de Tabasco lo había instituido. Y aprovechando la coyuntura, se
solicitó también la pavimentación de la calle Huimanguillo en el
Fraccionamiento Cunduacán 2000 donde se encuentra la clínica del ISSSTE en el
municipio. Esta calle era inaccesible, las ambulancias y pacientes no podían
transitar por el gran lodazal que existía.
La representación sindical de
Cunduacán reinició las gestiones, pero el concejo municipal daba largas al
asunto. Los delegados sindicales, tomaron el acuerdo de solicitar la presencia
de la sección XXIX del SNTE en sus gestiones. Martha Victoria Andrade Alcocer;
la Secretaria General comisiona a Demetrio Díaz Sustaita, Secretario de
Organización 3, para conducir las gestiones.
Ante los términos dilatorios, los
delegados sindicales, el coordinador municipal y el secretario de organización
3 del SNTE; propusieron NO colaborar en los eventos promovidos por el H.
Ayuntamiento, así que el 20 de noviembre de 1996, ninguna escuela de la ciudad
participó en el desfile cívico. Este hecho que llevó a la ruptura entre el
magisterio y las autoridades municipales, abrevió su atención al trámite,
firmándose en el cabildo del H. Ayuntamiento el acuerdo para destrabar el
conflicto y los maestros recibieran una respuesta satisfactoria a su pliego
petitorio. En el debate realizado en cabildo, el presidente del Concejo estaba
molesto, su molestia quedó sellada con un “No me violenten maestros por favor,
no me violenten”.
A partir de ahí, El concejo
municipal inició las gestiones y trabajos solicitados. La pavimentación de la
calle Huimanguillo fue hecha con recursos del ramo 33. Siendo la maestra
Trinidad Peralta Olayo, la representante de la construcción. La gestión para la
escrituración de la casa magisterial, el concejo la inició el 23 de diciembre
de 1996, según el decreto 200; y fue expedido por el Congreso del Estado el 17
de marzo de 1997. Un mes antes del BONO, el 11 de abril de 1997, fue entregado
a los representantes sindicales, el título de propiedad expedido por el
Congreso del Estado. Y el 15 de mayo de 1997, por primera vez fue otorgado el
BONO a los maestros jubilados del municipio de Cunduacán. Acuerdo cumplido con
el H. Ayuntamiento. A partir de esa fecha, cada año, los maestros jubilados de
Cunduacán, han recibido ese beneficio. Excepto, durante la administración del
Señor Tito Campos Piedra y la Señora Nidia Naranjo Cobián. Quizá faltó presión
por parte de los representantes sindicales, porque en el período del Doctor
Tiófilo Ovando Sánchez, se rumoró que no quería otorgar el bono; entonces los maestros respondieron
con un comunicado a la sociedad que no se difundió, porque el presidente,
otorgó este derecho.
Después de la regularización
de la casa magisterial, se solicitó el auditorio magisterial estando en
ejercicio el Profesor Israel Sánchez García como presidente, que, viéndose
presionado por el magisterio, mandó a hacer la construcción que pertenece al magisterio.
(La lucha por la escrituración de la Casa Magisterial y el BONO para el maestro jubilado tiene historia)
AL MAGISTERIO CUNDUACANENSE
A LA OPINIÓN PÚBLICA
“El maestro tiene por tarea
esencial desarrollar el respeto y el amor a la verdad, la reflexión personal,
los hábitos de libre examen al mismo tiempo que el espíritu de la tolerancia;
el sentimiento del derecho de la persona humana y de la dignidad, la conciencia
de la responsabilidad individual al mismo tiempo que el sentimiento de la
justicia y de la solidaridad social”…
Gregorio Torres Quintero
Si
bien, en la actualidad la figura del apostolado magisterial se ha desgastado por la misma sociedad, cabe reconocer que no
es mérito de un maestro que sus alumnos sean profesionistas; sino que su
orgullo radica en hacer de ellos buenos
ciudadanos. Porque aunque se quiera negar, cada individuo aprendió de un
maestro: un consejo, las letras, las cuentas o los valores que rigen la Patria
en que vivimos.
En ese tenor quien no reconoce la labor de
un maestro no reconoce que el origen de su conocimiento fue guiado por un
docente. Y el valor de la justicia social se enclaustra en el arcón de la
ignorancia.
Sea esto, una reflexión para aquellos que
niegan la verdad; y un grito desesperado para aquellos maestros que no
reconocen el futuro mismo de la carrera.
El reconocimiento de cada maestro no es
una dádiva de los gobernantes, sino un pago de gratitud de toda una vida que
durante treinta años o más un docente regala a la sociedad. Pero algunos,
amparados en su soberbia no lo ven así y es menester recordárselos con la única
forma en que un maestro lo puede hacer, demostrando su capacidad y su valía
como transformador social.
Hace veinte años, el 20 de noviembre de
1996 para ser exactos, el gobierno municipal en turno sintió los efectos que
causaron el distanciamiento
entre ellos y el magisterio cunduacanense. Jamás pensaron que su cerrazón ante
las peticiones que hacían las representaciones sindicales; obtuvieran el
desaire de los maestros en aquél desfile cívico.
Afortunadamente aquel gobierno fue
depuesto por la misma sociedad, nombrando un gobierno plural que incluyó a
todas las fuerzas políticas municipales quienes entendieron el sentir de los
maestros y aceptaron los trámites de las
peticiones magisteriales. Así el quince de mayo de 1997, la lucha se traduce en
un bono para los maestros jubilados; que por
acuerdo de cabildo se daría año con año en esa fecha.
Hoy, a veinte años de distancia, un
gobierno igual que en ese tiempo ha dado largas al asunto para no reconocer la
labor del maestro. Pues hasta la fecha
(2016) ese bono a los maestros jubilados no se les ha entregado
argumentando excusas sin fundamento.
La reflexión se la dejamos a quien lea
este manifiesto; a los maestros, la tarea para el futuro, a los protagonistas,
que los juzgue la historia.
Cunduacán, Tabasco,
febrero de 2017.
ATENTAMENTE
MAESTROS JUBILADOS
DEL MUNICIPIO DE CUNDUACAN
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