Allá a lo lejos se escuchaba que gritaban:
__Al río, al río…en el agua no nos pican…__
Después el silencio, allá cerca de la barranca se oía que gritaba “La Golo”
__Mi hijo… ¿Alguien vio a mi hijo?__
Cuando la calma llegó, todos estaban distantes. La esposa de mi hermano ya había salido de la camioneta y preguntaba por Leonardo y su esposo. Ella se había encerrado en el vehículo y no abrió; aunque le pedían que abriera para guarecerse de las abejas. Sabía que de hacerlo dejaría de ser un lugar seguro.
Después que las abejas estaban en calma, nos empezamos a reunir
poco a poco. Mi hermano llegó y movió su camioneta, muchos se
subieron a ella y otros se dirigieron al río caminando. Cuando llegamos
ya se encontraba la mayoría del grupo.
Se contaron las incidencias y como el tiempo había transcurrido;
Roberto insistió en irnos a su casa para sacar la barbacoa. Así lo
hicimos y después del susto, pasamos una tarde agradable.
https://youtu.be/lquCrEv-bNI
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