viernes, 28 de septiembre de 2012

¿POR QUÉ VOTAR?



¿Por qué votar?
… Porque es un deber cívico, porque debes decidir por tu país, Etc… pero… ¿los legisladores cumplen con lo que les encomienda el electorado?
Desde siempre nos han hecho creer que las elecciones son la salvación  de los trabajadores, de los campesinos, del pueblo mismo. Ese es el discurso que nos venden los políticos, los medios de comunicación, hasta los maestros en la escuela. El sentido y quehacer democrático es un chantaje social para mantener al pueblo de rodillas y cuando peligra la estabilidad social inventan patrañas que distraen,  para que el pueblo  no perciba la realidad nacional.
Todo esto es avalado por los legisladores municipales, estatales y federales; llamemos a esto un circo político. ¿Pruebas? La más contundente es la crisis y la pobreza de México. Cada día hay más familias en la pobreza extrema y unos cuantos ricos detentan el poder económico; y los diputados y los senadores, los paleros de los ricos, llevan en cada trienio y/o sexenio la parte millonaria que les corresponde.
Según mi  apreciación cuando hicieron las reformas a la ley del IMSS nunca consultaron a los trabajadores; unilateralmente los diputados y senadores modificaron las leyes al arbitrio, no importando que los trabajadores perdieran la jubilación. Lo mismo sucedió cuando reformaron la ley del ISSSTE. Ellos determinaron los cambios que en su totalidad afectan a los trabajadores del estado. (Revisar la ley del ISSSTE).
Para que lo anterior pudiera ser factible era necesario reformar el Artículo 123 constitucional; reformas que los legisladores han fraguado a espaldas de quienes le dieron el voto y su confianza. Por eso ahora los trabajos son por contratos y  sin derecho a aguinaldos.  A cambio de ello les dan un finiquito al final de  su contratación,  término que no cumple en lo más mínimo lo antes establecido por la Ley Federal del Trabajo.
Los legisladores y los gobernantes son los culpables de lo que pasa en nuestro país. El pueblo es un rehén de la conveniencia política manipulada por el poder económico y  sostenida por los medios de comunicación.
De todo esto se infiere, que los proyectos políticos se cumplen estando en el poder el partido que sea. Aunque la mayoría de los ciudadanos manifiesten su descontento; para los representantes populares nunca hemos existido. Porque  los diputados y senadores de todos los partidos disponen a su antojo de lo que más lastima al pueblo. La pobreza y la ignorancia.
¡Tal es el caso de la reforma laboral!
¡Una traición a los trabajadores!
Así pues, lo que para los diputados ha sido tan intrascendente como levantar el dedo para emitir su voto, para los trabajadores es un futuro  incierto y para los patrones un triunfo pactado como derivación de los acuerdos de cúpula y reparto de botín después de las elecciones.
¿Cuándo a los diputados y senadores les ha importado el pueblo? ¡NUNCA!
 Solo les importa postrarse ante el ejecutivo sumándose en montón a las alianzas y al ejército de la ignominia. Pero el pueblo seguirá su lucha por justicia, equidad y democracia aunque pierda la vida en ello.
Así, la pregunta queda en el aire ¿por qué votar?...
Diputados municipales, estatales y federales son traidores y convenencieros; gobiernos que se revuelcan en la podredumbre y la corrupción no tienen la autoridad moral para  cuestionarnos. Ellos son los que deben rendir cuentas claras al electorado. Pero si no lo hacen, entonces… ¿Por qué votar?...

¡Los diputados y senadores son unos farsantes!
¡Los gobiernos son unos corruptos!
¡Por un México Nuevo!



miércoles, 12 de septiembre de 2012

ESPERANZA FALLIDA



ESPERANZA FALLIDA
"Y cuando muera, mis amigos quizá inscriban sobre mi tumba: ‘Aquí yace un soñador’, y mis enemigos: ‘Aquí yace un loco’, pero no habrá nadie que se atreva a estampar esta inscripción: ‘Aquí yace un cobarde y un traidor a sus
ideas”
Ricardo Flores Magón
 (1873-1922)
Cuando la sociedad siente la impotencia de sacudirse la opresión en que vive, cifra sus esperanzas en  caudillos,  héroes o  Dios. Esto sucede porque la educación que nos han impuesto corresponde a la adoración de nuestros salvadores; esta es una cultura donde impera la esperanza fallida,  porque cuando las expectativas no se cumplen, el  ánimo de los individuos se transforma  en apatía o  resentimiento y genera diversas reacciones personales que desintegran la organización de una lucha social. Para un resultado contrario sería necesario que individuo o institución que se considere salvadora del sufrimiento tenga la capacidad para entender los deseos y sentimientos del pueblo que representa.
México ha sido y será un país de eterna nobleza, ha sido solidario con otros pueblos,  pero ha sido incapaz de sacudirse la dictadura perfecta en que vive. Somos grandes guerreros por naturaleza pero con definiciones truncadas. Falta avanzar el último escalón para no depender de los liderazgos. Falta que tengamos el valor de enfrentar al poder económico que nos tiene subyugados. Falta entender que el pueblo unido jamás  será vencido.
El 9 de septiembre de 2012 quedó marcado en la historia, el centro del zócalo de la ciudad de México fue testigo donde un pueblo enardecido gritaba "Revolución... revolución... revolución...", grito que no tuvo eco, solo  palabras conciliadoras…”

"Por más que nos haya dolido este nuevo fraude, no debe haber motivo para el desaliento o la rendición... debemos sentirnos orgullosos de tener la encomienda de regenerar la vida pública y lograr el renacimiento de México.”
Todos los asistentes esperaban las acciones de resistencia civil para hacer sentir el poder de los humildes y desprotegidos, más sin embargo solo se escuchó
"Reitero: No voy a reconocer a Peña Nieto como presidente legítimo de México. Esa postura forma parte del Plan de Desobediencia Civil. Me separo de los partidos progresistas  con el más profundo agradecimiento a los dirigentes y militantes.”
Eso no es desobediencia civil, eso el pueblo lo ha determinado; la desobediencia civil tendría que hacer temblar al sistema. No, eso es un discurso de aceptación, de legalización, porque aunque no sea legítimo, el nuevo presidente de México fue impuesto como su antecesor; ¿y qué pasó? ¡Nada! un sexenio de pobreza y marginación y otro más que nos espera hasta el 2018. ¿Cuál resistencia civil? ¿Cuánto hay que esperar?
  “es poco lo que falta. Uno, dos, tres, seis años, una década, son como un suspiro, representan un abrir y cerrar de ojos en la historia nacional”
Y el futuro vendrá, MORENA se convierte en parte del circo electoral, los millones de simpatizantes se afiliarán y el desencanto se olvidará pero revivirán los hechos como objetivo de lucha  postelectoral de 2018. Un miembro más en la partidocracia mexicana que gozará del presupuesto federal como el Partido Nueva Alianza de Gordillo o el Verde Ecologista de México del niño verde y familia, ¿Y el pueblo? ¿Y la revolución? Solo el tiempo podrá demostrar si hubo cobardía o traición a los ideales libertarios.
9 de septiembre de 2012



miércoles, 5 de septiembre de 2012

REFORMA LABORAL


REFORMA LABORAL

El Congreso de la Unión se apresta a legalizar la Reforma laboral que es un atentado en contra de los trabajadores; Todos sin excepción nos encoleriza saber que pronto regirá una nueva Ley del trabajo y que las conquistas sindicales se esfuman con esta iniciativa.  Pero, ¿Cómo contrarrestar esta imposición? Desgraciadamente los  diputados y senadores siguen  los acuerdos pactados con los sindicatos y los patrones que hoy en día son la misma cosa.
¿Para qué se crearon los sindicatos? Estos  nacieron para proteger los intereses del trabajador,  o sea que los sindicatos originalmente fueron defensores de la clase obrera  pero  sucumbieron ante la  concertación y el corporativismo volviéndose esclavos del partido en el poder. Así mismo el tribunal de conciliación y arbitraje se fundó con el compromiso de impartir justicia en materia laboral, desafortunadamente la corrupción alcanzó a ambas instituciones  y no cumplen con su misión inicial.
El corporativismo  es una de las formas que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha usado para controlar el panorama político dando canonjías a los dirigentes sindicales para  lograrlo, así, en tiempos electorales todos los sindicatos solo atienden la línea del partido, coaccionando a los trabajadores  y vendiendo  los votos de sus agremiados. Hoy en día ante el desempleo y la crisis social que se vive, la clase patronal ha hecho suyo el control y ha dictado sus condiciones en la práctica, pues lo que se legalizará en breve es una actividad  cotidiana de todas las empresas. Como es de esperarse, los representantes de elección popular en nombre de sus representados votarán a favor de esta reforma laboral, porque ellos no sufren los embates de la carestía inmisericorde que soporta  el pueblo trabajador.  
¿Se puede confiar en los representantes del pueblo? ¡Definitivamente no!  Todos se corrompen ante el poder económico y  terminan traicionando; o quizá desde que son candidatos planean su beneficio personal  engañando con sus discursos demagógicos, aún sabiendo que sus actitudes son sin ética.  ¿Qué se espera de esta clase política? Como trabajador puedo decir que lo único que podría frenar la reforma es, la movilización de los asalariados,  las bases trabajadores se tienen que sacudir el yugo que les impone el sindicalismo corporativo. Debemos obligar a los representantes que hagan lo que las bases decidan y no lo que la cúpula determine. Se deben instaurar las asambleas populares para enfrentar los designios del estado. Hacer de nuestro sindicato un sindicato clasista.
Después de lo acontecido y con la imposición de Enrique Peña Nieto debemos tener el valor de volvernos irreverentes ante las instituciones. Si ellos no respetaron el proceso electoral. ¿Cómo quieren que los respetemos? La anarquía debe imperar en México. ¡Todo el poder al pueblo!

5 de septiembre de 2012

lunes, 3 de septiembre de 2012

EL MIEDO


EL MIEDO
 "una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario. Recelo o aprensión que uno tiene, que le suceda una cosa contraria a lo que desea".

El miedo se puede clasificar en miedo racional o físico e irracional o psicológico; cuando una persona siente el miedo racional está consciente de que algo físico puede dañarlo pero cuando se siente el temor psicológico se puede considerar una obsesión intangible que solo la mente ha creado y que hace que se  sienta un miedo irracional de algo que no existe.
Bajo esta premisa podemos entender porqué el pueblo mexicano teme en grado extremo un cambio revolucionario en nuestro país. Cuando se habla de revolución, voces mediadoras se alzan en contra de lo que podría ser un cambio benéfico para todos,  frenando la intención de modificar nuestra realidad nacional.
Estamos conscientes de que existe un miedo racional en un enfrentamiento físico. Y que ante tal disyuntiva habrá que vivir una vida de austeridad diferente a la que muchos estamos acostumbrados a vivir. Que la comodidad de ver televisión en la casa será una de tantas actividades que se van a perder. Más sin embargo; medidas aunque drásticas, darán como resultado la vinculación familiar que hemos perdido. Eso es lo que nos da miedo, miedo a perder la comodidad y romper con los paradigmas que los programas televisivos nos han impuesto. No nos detenemos a pensar que para iniciar una revolución armada se necesita de una organización muy compleja, no es posible iniciar un movimiento armado cuando no hay planeación y preparación. Cuando se habla de revolución, psicológicamente evocamos un encuentro con armas y caminando hacia el enemigo. Nuestro cerebro empieza a crear fantasías sobre el hecho y empezamos a angustiarnos de manera tan obsesiva que no alcanzamos a concebir la realidad;  esto se debe a que estamos acostumbrados a ver en la televisión hechos sangrientos relacionados con una guerra e intrínsecamente sentimos miedo de lo que nuestra mente fragua.
De hecho, las empresas televisivas se han dedicado a eso, a crear una psicosis colectiva, para infundirnos el miedo psicológico o irracional para  que cuando haya algo semejante en la realidad estemos predispuestos a no participar. Nos han acostumbrado a que solo los caudillo luchan por el bien de la humanidad, cuando en realidad, la libertad es construida por todos y cada uno de nosotros.  ¿Por qué temer a una revolución?
En una revolución solo pelean los que están preparados, los que llevan años preparándose para hacerlo; su preparación les da la autoridad para declararle la guerra a quien considera necesario hacerlo y el enfrentamiento basado en tácticas será siempre entre profesionales de la guerra como el ejército. Solo un ejército puede enfrentarse a otro ejército. Más nosotros somos invadidos por el miedo porque nos han enseñado a fantasear y porque pensamos que somos los civiles los que estaremos en el campo de batalla. ¡No! Quienes quieran formar parte de un ejército insurgente tendrán que pasar por una enseñanza militar y para eso se necesita tiempo. Pero para los que tenemos miedo, vivamos nuestra vida, enseñando a nuestros hijos el valor de la justicia, honestidad y patriotismo. Enseñando y cultivando los valores universales que harán de México un país más próspero y más justo. Y que en el futuro las cosas cambien solo con una REVOLUCIÓN PACÍFICA.

3 de septiembre de 2012