¿Por
qué votar?
… Porque es un deber cívico,
porque debes decidir por tu país, Etc… pero… ¿los legisladores cumplen con lo
que les encomienda el electorado?
Desde siempre nos han hecho
creer que las elecciones son la salvación
de los trabajadores, de los campesinos, del pueblo mismo. Ese es el
discurso que nos venden los políticos, los medios de comunicación, hasta los
maestros en la escuela. El sentido y quehacer democrático es un chantaje social
para mantener al pueblo de rodillas y cuando peligra la estabilidad social
inventan patrañas que distraen, para que
el pueblo no perciba la realidad
nacional.
Todo esto es avalado por los
legisladores municipales, estatales y federales; llamemos a esto un
circo político. ¿Pruebas? La más contundente es la crisis y la pobreza
de México. Cada día hay más familias en la pobreza extrema y unos cuantos ricos
detentan el poder económico; y los diputados y los senadores, los paleros de
los ricos, llevan en cada trienio y/o sexenio la parte millonaria que les
corresponde.
Según mi apreciación cuando hicieron las reformas a la
ley del IMSS nunca consultaron a los trabajadores; unilateralmente los
diputados y senadores modificaron las leyes al arbitrio, no importando que los
trabajadores perdieran la jubilación. Lo mismo sucedió cuando reformaron la ley
del ISSSTE. Ellos determinaron los cambios que en su totalidad afectan a los
trabajadores del estado. (Revisar la ley del ISSSTE).
Para que lo anterior pudiera
ser factible era necesario reformar el Artículo 123 constitucional; reformas
que los legisladores han fraguado a
espaldas de quienes le dieron el voto y su confianza. Por eso ahora los
trabajos son por contratos y sin derecho a aguinaldos. A cambio de ello les dan un finiquito al
final de su contratación, término que no cumple en lo más mínimo lo
antes establecido por la Ley Federal del Trabajo.
Los legisladores y los
gobernantes son los culpables de lo que pasa en nuestro país. El pueblo es un rehén de la conveniencia
política manipulada por el poder económico y sostenida por los medios de comunicación.
De todo esto se
infiere, que los proyectos políticos se
cumplen estando en el poder el partido que sea. Aunque la mayoría de los
ciudadanos manifiesten su descontento; para los representantes populares nunca
hemos existido. Porque los diputados y
senadores de todos los partidos disponen a su antojo de lo que más lastima al
pueblo. La pobreza y la ignorancia.
¡Tal es el caso de la reforma laboral!
¡Una traición a los trabajadores!
Así pues, lo que para los diputados ha sido tan intrascendente como
levantar el dedo para emitir su voto, para los trabajadores es un futuro incierto y para los patrones un triunfo
pactado como derivación de los acuerdos de cúpula y reparto de botín después de
las elecciones.
¿Cuándo a los diputados y senadores les
ha importado el pueblo? ¡NUNCA!
Solo les importa postrarse ante el
ejecutivo sumándose en montón a las alianzas y al ejército de la ignominia.
Pero el pueblo seguirá su lucha por justicia, equidad y democracia aunque
pierda la vida en ello.
Así, la pregunta queda en el aire ¿por qué votar?...
Diputados municipales,
estatales y federales son traidores y convenencieros; gobiernos que se
revuelcan en la podredumbre y la corrupción no tienen la autoridad moral
para cuestionarnos. Ellos son los que
deben rendir cuentas claras al electorado. Pero si no lo hacen, entonces… ¿Por
qué votar?...
¡Los
diputados y senadores son unos farsantes!
¡Los gobiernos son
unos corruptos!
¡Por
un México Nuevo!